Esta foto corresponde a la bajada desde Las Cuerdas al río Tiétar. Es una bajada entre encinas, rápida y divertida. El camino está en muy buen estado, y baja en una serie de suaves curvas. Sólo hay que tener cuidado con unos pequeños canales de desagüe que se cruzan regularmente a lo largo del recorrido.
En la foto se puede ver el apaño casero que hice para tratar de grabar parte del recorrido. Ingredientes: mi teléfono móvil y cinta americana.
Al llegar a Ramacastañas hicimos una pequeña parada para tomar un bocado, y reponer fuerzas de cara al último esfuerzo del día: la subida a Poyales del Hoyo.
En la foto: Álvaro, Luisi, Javi, Jose Luis, Agustín y Ángel. Tras la cámara, Raúl.
En el camino de subida, atravesamos estos maravillosos pinares que se asoman desde la altura a la pista forestal.
Un paisano nos dijo que el primer repecho era también el último, y que ya habíamos pasado lo más duro.
No hagáis caso a la gente de la sierra.
La casa se encuentra en un entorno hermosísimo de pinares y prados de diente, donde pequeños rebaños pastan masamente.
Antonio y su hija nos regalaron el paladar con unas deliciosas migas y codillo de cerdo. ¡Salud!
La comida transcurrió entre fatiga, conversaciones sobre la vida y el repaso de los momentos estelares de la jornada.
Nos acompañaron nuestras contrarias, que se llaman: Julia, Carolina, Amina y Silvia.
Su compañía fue de nuestro agrado, y convocaremos Junta Extraordinaria para debatir la posibilidad de invitarlas en futuras ocasiones.
Besos para todas.
También nos acompañaron y alegraron la sobremesa, estos Pieles de Oropesa: Arroyo, Little, María y Juanra.
En esta ocasión no pedalearon, pero estoy seguro de que la próxima vez... tampoco se plantearán hacerlo.
Como siempre, podéis ver más fotos de la jornada si le dais pa'bajo a la pantalla.
¡Que tengáis felices fiestas, corazones!
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