4 de junio de 2011

Hoy por la mañana hemos salido a dar un garbeito por la zona con nuestras jacas andaluzas. En esta ocasión, a Raúl, a Gonzalo y a este humilde servidor (de Dios) se nos unió Ignacio, del hierro de Lagartera. Amaneció una mañana apacible, soleada y con una temperatura ideal para darle al pedal (sin haberlo intentado me ha salido un pareado). Los problemas de salida, esta vez, los puse yo: que si tengo que poner las pastillas de freno; que se me echa el tiempo encima; que me llaman porque llego tarde y a mí se me ha olvidado encender el móvil; que si llego a la plaza y me he dejado el GPS en casa… ¡Y para colmo no me he depilado! ¿Qué hacemos chicos, vamos a la playa, o a la montaña? Como ninguno de nosotros somos ni Thelma ni Louise y además estamos en mitad de la Meseta, decidimos pasar por el Pantano de Navalcán, que está a los pies de Gredos. Una solución de compromiso.

La primavera está todavía vigente y, aparte de ver a un torralbeño, aceitunero altivo, quemar ilegal y peligrosamente los rastrojos de su olivar en flor, advertimos que el campo está rebosante de bichos: aquí un triguero cantando insistente desde su percha, más allá un par de cogujadas nos saludan al paso, un conejillo que se sobresalta con nuestro poderoso pedaleo… Es hacer vibrar nuestra musculatura con la tensión del esfuerzo, y las hembras del bosque mediterráneo palpitan de emoción.
Los milanos negros ya han llegado hace tiempo y nos acompañaron buena parte del camino. También cruzaron su vuelo con el nuestro algún busardo ratonero y un águila calzada. Varias galdonas (alcaudones) se afanaban en afilar sus picos en los alambres de los vallados.
Nos cruzamos por el camino con varios ahora amigos que hacían su ruta desde Montesclaros y desde Talavera.
La jornada transcurrió sin incidentes, y con parada en Corchuela para ver si las migas con huevo frito siguen pasando el control de calidad. Ya sabéis que ahora los alemanes están en plan exigente y ven problemas donde no los hay. ¡Los ciclistas del Campo Arañuelo estamos con el pepino español!
Luego, tras un rato de pedaleo y mucho pensar en la importancia de las migas en el sostenimiento del campo extremeño (de la Extremadura de Castilla la Nueva, claro), se fue cada uno a su casa y Dios a la de todos.

Las fotos un poquito más abajo.

Agustín

PD.: Material Defectuoso, lo último de Extremoduro, un vómito de realidad, nutritivo y necesario. Altamente recomendable.