jueves, 28 de junio de 2012

Ruta de Ávila a la Peña Meseguera



























El día 2 de los corrientes, estos mozalbetes movieron su culito hasta la ciudad de Ávila, desde cuya Plaza de toros pusieron rumbo a la Peña Meseguera.

No quisiera parecer racista, pero como podéis observar la foto nos la hizo una mujer.
Aparte de augurarle un terrible futuro como reportera de guerra, hay que decir que la señora fue muy simpática y amable, y además nos dijo que su marido también es ciclista, lo cuál para nosotros sitúa a esa familia en el Olimpo de los dioses.









Para no aburriros con demasiados detalles y, sobre todo porque se ve que ese día teníamos pocas ganas de hacer fotos, aquí tenemos algunas imágenes de la zona de pradera que se encontraba en la cota máxima de nuestro recorrido: la Peña Meseguera.

Aquí vemos a Jose, de Lagartera, que subió como un auténtico león. La subida fue larga y este llano de hierba se pegaba a las ruedas como si les debiese dinero.











La subida hacia la Peña Meseguera es larga y tortuosa, y si uno se fía en las primeras rampas, puede acabar pagándolo a medida que la pendiente se hace más dura.





Cada uno fue llegando como buenamente pudo. Aquí podemos comprobar que el grupo llegó a la Peña bastante disperso, prueba de la dureza de la subida.



















Una vez completado el ascenso, nos damos tiempo para tomar un bocado y comentar la jugada. detrás de nosotros, los piornos en flor le dan a la pradera el típico aspecto de media altura de la Sierra de Gredos.



















De izquierda a derecha y de arriba a abajo: José Luis, Luisi, Javi, Agustín, Jose y Saúl.







Aquí se añade al grupo Roberto, que en la anterior foto estaba detrás de la cámara. Esperamos que el señor Jiménez nos traiga más veces por estos lares, cuya geografía está repleta de rutas de gran belleza y desafiante dureza.


Como es costumbre, y pare que no se diga que somos una pandilla de nenazas, recuperamos las calorías quemadas lo más rápido posible. Ya sabéis que una cosa es hacer deporte, y otra cosa es hacer el bolo. Quisimos tomar píldoras de grasaza concentrada, pero el dueño del restaurante nos ofreció esta alternativa que dijo nos sería de más agrado. La lechuga que se adivina en la parte inferior, era sólo para disimular. No os preocupéis.


Cuando hay una cámara delante me pierdo, y mientras hago el tonto Jose ataca con ahínco la pieza que le tocó en suerte. Con la furia que se le ve asaltar el plato, ahora sé que hice muy bien en mantener el brazo alejado del mantel, pues hubiera bastado un momento de descuido para que Jose me lo hubiera cercenado a la altura de la clavícula.

Fue cuando me creía a salvo de las cámaras, cuando la angustia asomó en mi rostro. Por un momento creí que el entrecot saltaría sobre mí y me haría pedazos.
Con la rapidez de quien sabe que se está jugando la vida, agarré el cuchillo y me lancé a asestar el primer golpe.

La lucha fue ardua y prolongada, y este profesional de la vida necesitó de la ayuda del vino tinto para tratar de arrinconar a la fiera. Cómo sería la batalla que apenas comí pan.

Los chuletones de casi todos salieron del encuentro medio vivos, a excepción del de Javier, que es un verdadero profesional de la fiesta y los grandes banquetes. Le avalan muchos años dejándose "los pieles" en incontables reuniones de amigos.








Y eso es todo. Me despido en nombre de La Trocha, no sin antes recordar que el próximo 3 de agosto tendrá lugar la clásica y mítica "Ruta Nocturna", que recorre nuestras dehesas a la luz de la luna llena. Una oportunidad que no debes dejar pasar.

Saludos ciclistas.
Agustín - La Trocha

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